Por Alberto JIMÉNEZ URE
Ustedes siempre lo supieron,
Puercas y cerdos de arrabales:
Del apareamiento entre un demonio
Y una persona sin principios morales
Nace irremediablemente un «bravucón».
Y, por ello, ahora son objetivos del odio.
El «bravucón» insultará, practicará la intimidación
Y (fundamentalmente) confiscará la propiedad ajena:
Ese derecho natural y humano cuya principal vertebra
Es la Libertad Individual para sobrellevar la Existencia.
Durante su breve vida,
¿Cuál es la mayor bravuconada
De un sujeto nacido para infligir?
-Implorará respeto por su integridad física.
Ustedes, «bravucones», intuían que furiosas hordas
Los buscarían en cada resquicio fuera del estercolero
Donde reinaron sin misericordia ni tregua hasta hoy.
Temprano el terror no lo infunden los arrogantes,
Sino sus víctimas que (en concierto) lo instauran
Profiláctica, ritual y socialmente como celebración.