María del Rocío

Mar en Calma

Mi libertad yo te ofrezco,

seas capitán o teniente.

Tu mundo no guiará más,  

el rumbo de mi velero

ni navegaras mi aguas.

A tu mando dirigiste 

la calma de mi corriente,

convertidas en tormentas

de empuje, tempestad, fuerza.

Mas, las tormentas aminoran.

Éste navío buscó calma

dentro de su mar profundo.

En caracolas  de versos,

en el abrazo del viento,

en los besos de la brisa,

en los cantos de sirenas,

que ofrecieron su amores

y calmaron mis tristezas.

Nubes grises y nostagia

la abrazaron;

fuertes tormentas azotaron.

Mas, mar sabio, benévolo 

supo secar tempestades.

El gaznar de la gaviota, 

 la calma de los mares,

trajo paz a éste navío 

que ahora navega en calma.

Aún, sin capitán en mando

para guiarle en siete mares.