Si entre los fragmentos de tu muerte,
tu corazón pudiera hallar,
la palidez de tu alma besar,
entre los pedazos rotos,
entre las estrellas palpitantes,
que no dejan de brillar,
sollozando entre silenciosos gritos,
el día que hubiste querido marchar.
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Y aunque el amor idealizado,
que yo fui capaz de amar,
me dejó entre tus brazos,
un armónico sabor,
que yo logré admirar,
entre los versos de tu urna,
que fui capaz de imaginar.
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Entre las sombras de carmín,
flébiles lágrimas asoman
por la ventana de mi alma.
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Bienquista toda tú,
que arrancas mi sueño,
para vagar en busca de tu espíritu,
que tan interrogante se insinúa,
entre la penumbra de mi alma.
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Sueños fúnebres que limitan mi existencia,
corazón débil evocando nescencia.
Y voy en busca de ti,
que manifestándote entre mis sueños,
me haces querer vivir.
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/Para hallar la razón,
por la que tú te quisiste ir./?¿
-AMS.