Ella salió cual sol resplandeciente,
Iluminó la senda donde estaba,
A su lado su perro caminaba
Y yo la contemplaba desde oriente;
Soportaba una herida muy reciente,
Herida que muy rauda se curaba,
Al verla ya mi pecho palpitaba
Y mi alma se perdía en su inconsciente;
El veleidoso amor es una pena
Que se convierte en dicha y alegría
Cuando una bella flor, tal vez, ajena
Es capaz de arrancar melancolía:
Es lo bello fortuna alba y plena
Que rescata al amante en agonía…