Silencio que acecha a este anochecer, tan solo el sonido del viento en esta soledad, mis latidos ya pararon y estas lágrimas que brotan de mis ojos ya se van secando.
Porque aún están los recuerdos en mi mente, el de este amor que termino, soy este poeta vacío.
El que muchas veces pronuncia tu nombre.
Ese, que ahora es la tortura de mi corazón.
La luna se esconde porque los versos que compusimos de nada han servido.
Sólo queda este mendigo, este que vaga por este camino sin salida, buscando olvidar los recuerdos que me hacen mal, porque he de borrar de mi mente este mar de recuerdos.
Se despide este poeta que esta herido y no haya la cura para su corazón.