Solitario he paseado las calles de mi ciudad, el rocío de la madrugada va refrescando mi cara, Sevilla, sus calles sus jardines y el Guadalquivir con el barrio de Triana donde me espera mi morena asomada a su ventana.
Sus cabellos negro azabache la luz de sus negros ojos alumbran toda la calle, la alegría de su cara y su contagiada risa, hacen abrirse las flores del Parque María Luisa para perfumar la brisa que llega hasta Triana.
Cada noche al despedirme en mi mente llevo su cara el perfume de su cuerpo y esos besos por las calles de Triana, cruzando el puente llego a Sevilla sin volver la vista atrás, los duendes que tiene el río me hace difícil el andar, cruzo de madrugada los laberintos estrechos de sus calles, la luna me esta iluminando como ilumina tu cara.
© José Cascales Muñoz
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14 de Noviembre 2016