Mi corazón -ya vagabundo-, miserablemente perdido entre la desesperanza y la desesperación. Sueños rotos olvidados en cada rincón. No veo luz, pues apenas brilla entre tanta oscuridad.
¿Y desde qué día la penumbra es la victoria, y la vela se deja vencer?
Desde que mi alma, angustiada, llena de collón, ya no gritaba ni luchaba por sus sueños inalcanzables.
El éxito, los aplausos, nunca fueron mis testigos, pese a haberles entregado mi amor,
pese a haberles regalado, a estas horas, mi corazón.
Que ahora reclama su anhelo, invocando solo compasión.
¿Cuándo llegará ese día que a viva voz yo gritaré,
porque el éxito y los aplausos
me habrán abrazado de una vez?
-ams. (poema/microrrelato mío)