Carlos Ramos

Una mujer

Una mujer con su risa

simpatiza simple y fulgurante

con el milagro que cultiva

desde su cielo de azahares

a la desolada alma en pena

que impaciente le espera

 

Una mujer en la distancia

su altivo mentón denota

presagiando en fina gracia

una nostalgia matadora

que te arranca de la tierra

tajante en tus pesares y tus guerras

 

Su aliento vuelve espuma

el débil murmullo del céfiro

que abraza su ternura

y manso besa su silencio

¡Ay! de su perdida fragancia

¡Ay! Mujer dulce y fantástica

 

Puedo palpar en la eternidad

de sus ojos de fe cegadora,

de sus manos de claridad,

un breve oleaje que borra

la orilla de sus promesas

y alegre nutre la raíz de su belleza

 

Y aún en el ocaso de sus ojos,

en la cúspide de un adiós,

y aún si su mustio sauce deshojo

con un fatal clamor de desolación

bella y solo bella en su voz reconoceré

La plácida melodía de una mujer