“El ser humano del planeta tierra es un producto fabricado por seres inteligentes que poblaban el Universo o parte del mismo mucho antes de nuestra existencia. estos seres nos han puesto en el planeta que hoy poblamos y siguen controlando de cerca nuestra evolución. Nunca han dejado de encauzar sutilmente el curso de nuestra historia”Andreas Faber Kaiser
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Yo, madre la màs pequeña e insignificante soy, la prima partìcula elemental y fundamental en el mecanismo por el que se origina la masa en el Universo, procedo de la energìa electromàgnetica pura que algunos llaman Dios, una vez habité un ínfimo punto lejano, que conocì bastante bien, cuando viajera era del tiempo y del espacio que una misma cosa es, iba sin alas volando y navegando con la energìa junto a la brisa callada, a ese lugar único, y especial, cuyo hábitat llegò a ser realmente maravilloso, calmo y hermoso, en el había torrentes de agua dulce y océanos de agua salada, y desde las estrellas se avistaba como un globo azul de cristal, una gota de agua inmensa, en medio de aquella espesura de estrellas brillantes, y millones de soles del infinito edèn, de matemàtica y perfecta belleza, donde ocurrió un milagro.
Dado su cercanía a otra esfera gigante de luz, de fuego incandescente, llamado sol, que alumbraba con gran esplendor, hubo noches, y hubo días, el me daba su calor a una temperatura exacta, una formula perfecta, se produjo un estallido, y en mi seno de madre, en un paraìso de abundancia apareciò la vida, nacieron y crecieron especies diversas, seres andantes de muchas formas y tamaños, le decían fauna, en sus océanos hubo peces de colores, y tambièn en sus rìos, y otros increíbles seres vivos de lento movimiento, de variados colores, y follajes, llamado flora, y daban dulces frutos, todos eran seres felices porque se sentían hijos de la belleza y la perfecciòn…
Hubiera sido el lugar más privilegiado del universo, por su armonía perfecta, de no haber sido colonizado, por seres extraños, intolerantes, malvados, despiadados, inclementes, malhechores llegados de lejanas galaxias mas evolucionadas, quienes a pesar de estar dotados de inteligencia no conocían el amor, solo tenìan instinto salvaje, depredador, proclives a matar y a destruir toda obra de la magnifica creaciòn; pero tambièn hubo otros, algo distintos, eran los pocos y no se porque razòn si conocìan el amor, llegados fueron de lugares diferentes, este punto era algo lo que se conocerìa como un zoologìco experimental.
Estos poseìan ademàs de inteligencia, libre albedrìo, podìan tomar sus propias decisiones, motivo por lo cual yo nada podìa hacer, sentìan emociones y sentimientos, buenos y malos y asì fueron avanzando a travès de los siglos, mezclándose unos a otros, dando origen a una diversidad enorme de especies de animales y de humanos, de muchas razas, que luego siguieron organizándose en sociedades primitivas y avanzadas, a su antojo y modo, habìa en ellos un detalle que los hacìa diferentes, se convirtieron en seres afortunados, razonaban, andaban en dos patas y eso los hizo poderosos sobre las demàs criaturas que habitaban esta estrella, junto a los demàs seres de la creaciòn, tal vez, su arrogancia los llevò a creerse hijos de los Dioses de lo eterno.
Se multiplicaron en demasìa y poblaron aquel lugar, con ellos se multiplicò tambièn su maldad, y su inteligencia desafiante, ese poder sobre lo creado los llevò a controlar la naturaleza y a exterminarlo casi todo, causando un desequilibrio fatal en la maravillosa creación, fueron contaminando sus espacios, su agua, su suelo, fabricaron armas letales, bombas nucleares y poco a poco le sobrevinieron guerras, pestes, huracanes, temblores y un sinfín de males, mutaciones de las especies, monstruos en apariencia humanos, pero sin corazòn, hasta que desapareciò por completo aquello llamado civilizaciòn, y porque tambièn acabaron con el poco amor.
Se sucedieron hechos unos más terribles que otros, ambicionaron poseerlo todo, ser dueños de sus tesoros, eran depredadores con raciocinio, hicieron su voluntad, acabaron con los frutos de este paraìso, se terminò la paz, ya no hubo armonía entre las especies, que jamàs pudieron vivir de nuevo con alegría, y en libertad, y condenados quedaron en la oscuridad por toda la eternidad, sin disfrutar mas de la belleza natural, ni el placer de la vida consciente.
Ese lugar paradisìaco fue llamado tierra y el intruso planetario, dañino y estrafalario se le conoce como -hombre. el rey de la creación, y ùnico artífice de las miserias humanas. ¡Que gran error! haberlo traìdo a ese planeta hecho con amor e hijo de la espontànea creaciòn. Resultante de una formula perfecta, un fracaso total del experimento Crìon.
¿Cuanto darìa por volver viajar a ese lugar?, a su pasado reciente y advertirles para que cambiaran, que cuidaran aquella pròdiga naturaleza, que se amaran unos a otros, que respetaran el pensamiento de los demàs, y el plan divino, que no modificaran la genètica animal, ni vegetal, que no mezclaran los elementos y no extrajeran los minerales del subsuelo, que no buscaràn la infinitud y origen de mi materia, que no se destruyeran, y que entendieran que esa nave llamada tierra era irreemplazable.
Pero ya era muy tarde, no pude regresar en el tiempo, y quedè aquí atrapada, y sin salida, esperando en la frontera del tiempo, un espacio, un par de millones de años mas, hasta que ocurra un nuevo el Big Bang y vengan nuevos planetas a formarse, y esta vez no sea experimento fallido de los dioses, sino un criadero de vida, donde vuelva a nacer una nueva especie de humanos, una civilizaciòn de diferente linaje, agradable a la creaciòn, pero adonde todos reconozcan y vivan el amor universal.
!Ah! y recuerda que de polvo eres y en polvo te convertiràs te lo dice, Bosòn de Higgs, la partìcula elemental, la partìcula de Dios, y de la energìa soy la madre, y del polvo de la tierra, en compañìa de los neutrones y protones y quazarès, que formamos el àtomo y explicamos el origen de la masa.
Raquelinamor
Mayo/2017