Y un día se lo dije;
rehacer su vida debiera
con alguien que la quisiera
y a quien pudiera ella querer.
Y al decir esas palabras
mi corazón se resintió,
pero la razón asintió;
es lo que debía decir.
Corazón tiene razones
que nuestra razón no entiende,
y la razón no comprende
razones del corazón.
- Eso es imposible – dijo –
porque yo ya amo a un hombre.
Yo quise saber su nombre
- Ese hombre – dijo – eres tú.
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