En aquella alta colina,
Con el alma aprisionada
Por una herida pasada,
Aquél, lentamente camina;
Lleva clavada una espina,
Dura lección encontrada
En una traidora espada
De una mujer asesina;
Ya no valora su vida
Solo, se ahoga en dolor,
Con la mente confundida
Por la sombra de un amor;
Vuelve su mirada perdida:
¡Vio nacer un nuevo sol!