Cuesta tanto dirigirse al tiempo...
A un amor que ya no me siente...
¡Fueron tantos contratiempos,
Y no pude; cómo duele!
Cobarde corazón éste que tengo,
Apoyado siempre sobre suelo firme.
Condenado ha sido: vive entre lamentos;
Respirando a cuestas de un pasado triste.
Lágrimas brotan de su rostro amargo,
Idílicas memorias la añoranza viste.
¿Para qué infierno con tantos cargos?
Todas sus penas a diario envisten.