Hubo un instante que llegué a este tiempo
en que nada envejece,
en que me entusiasmo todos los días
no me enferman las tristezas
ni creo que estemos en un callejón sin salida
presos y sin esperanza
ni que el apocalipsis ya casi venga.
Un día llegué a este tiempo quieto
-que aunque siempre se mueve –
yace como un lago
que es como río y mar al mismo tiempo
donde cada quien está a su propia hora
vive su posible, hace su esfuerzo
y vamos juntos haciendo panes
entrelazando misiones
moviendo solos y unidos el mismo remo.
Es un tiempo tupido de esperanza
de buenos e intercalados climas
de aguaceros y soleados cielos
de fuertes truenos y apacible firmamento
de torrentes y crecidos ríos
de reverdecidos y floridos campos
Un tiempo que va y viene
donde a toda muerte le sigue más vida.
En que de todo dolor o pena
y todo error que cometemos
podemos sacar lo bueno
donde los altos cielos que aspiramos
los paraísos que intuitivamente buscamos
quedan más allá de nuestro siguiente paso
pero no hay mejor rumbo hacia donde caminemos.
El Infierno y la muerte siempre están disponibles
Es cierto.
Pero ¿tiene sentido perecer entre sus fuegos?
¿No es mejor un beso que un disparo?
¿No es más grande una flor que un atentado?
¿No es mayor dialogar y tolerar que un bombardeo?
¿Serán mejor mil muertes que un nacimiento?
¿No son mejores millones de almuerzos
que una prueba de misil nuclear?
¿Vale la pena tanta riqueza y lujo
si la paga el demonio de la droga?
Que vuelve desecho el espíritu humano
Si es indigencia nacida de la muerte
Podemos temer que nada bueno sigue
que los demás son peor que nosotros
que me encontré la verdad para mi solo
y los otros nunca podrán acertar
a menos que se vuelvan yo
y dejarme completamente solo.
Desde aquí se ven esos muchos caminos
Yo prefiero esta esperanza que no acaba
este volverse niño-adolescente eterno,
este caminar hacia horizontes nuevos
de noches que pasan y auroras que vienen
de días que se abren como rosas
y caminos y caminos y soles.
Amo encontrar lo que mejora
a lo que ya es bueno y gozo
y sembrar siempre buenas acciones
Porque a la par de la muerte
la vida sigue brotando nueva
de regreso al Paraíso.