Claudieta

Escandalosamente madre

¡Camina, hija, camina!

 

El orgullo de mi parto,

frunce el ceño de mi pecho

a cada paso de tus pasos.

 

Yo no seguiré tu huella,

yo seré tu zapato;

la firme pisada de hierro

que te aleja de mi lucha

y te acerca más un tramo.

 

Es como la espina en el ojo

y la vista sana en el sano.

 

“No es que por ella yo sienta

no

es que por ella

 yo llago.”

 

¡Camina, hija, camina!

 

Toda una vida perfecta,

toda una vida en tus manos,

para librarte del yugo

de los triunfos y fracasos.

 

Tu barbilla en ángulo recto

con el camino trazado,

con la espalda cubierta

por este gran escándalo,

del amor hecho en las sienes

y la vida en mis ovarios.

 

En tan sólo un suspiro

en algo más de veinte años.

 

“No es que por ella yo muera

no

es que por ella

 yo mato.”