Eran solos espectros en la noche
por las oscuras sombras del ambiente.
Con ahínco quité del inconsciente
mi soledad prendida con reproche.
Es el invierno, dije como broche
trabado entre mi audacia permanente
de oprimir el dolor que dignamente
se supera con dicha de trasnoche.
Claro que yo sabía de la ausencia.
quizás fue que no puse resistencia
y acepté la tristeza que venía.
Nunca cerré los puños ni maldije.
Es el momento amor: así me dije.
Es cierto que mi mente presentía...
Amalia Lateano
Publicado en DUNKEN - Año 2012