Martín Zamora se tuvo que hacer musulmán,
porque era para el negocio necesario,
Martín vive de la muerte, es funerario,
ni cree en Alá ni reza para ganarse el pan.
Su vida depende del ahogado en el estrecho,
que intenta escapar de la mortal pobreza,
cae al fondo del mar sin culminar su proeza,
cuando llegue a la orilla, será solo un desecho.
Martín Zamora para obtener ganancia,
avivó el seso el muy sagaz,
y compró el fúnebre furgón y la ambulancia.
Martín Zamora vive de la desgracia,
vivir allí no es ningún solaz,
basando tu vida en tan trágica circustáncia.