BambĂș

VIOLENCIA

El cielo se arrojó sobre la tierra,

sobre los campos... sobre la rosa.

La tormenta atronó en el valle

y el cielo ejerció su poder.

Rasgó su vestido, la despojó de sus pétalos,

arañó su cuerpo frío.

Nadie pudo impedirlo. 


Gimieron las cortezas de los árboles

pero callaron las aves.

Era un silencio de miedo.

Nadie lo impidió.

Tras la violencia llegó la paz

para la rosa deseosa

de acabar.

Solo las carnes del río se abrieron

y las piedras lo recibieron

con deseo desmedido.

Nadie quiso impedirlo.

El cielo cayó sobre la rosa.

Indefensa, exhausta,

dejó de brillar la luz en sus estambres

Su piel de rosa rosa tersa

se tornó roja y blanca tensa,

el sol lloró su rosa muerta

El cielo la mató

y ni Dios lo impidió.