Si aquí yo sigo un oscuro laberinto y no encuentro los rastros ni las huellas que me conduzcan a tu amada presencia preferente, me interrogo y me respondo desandando una pausa, y concluyo:
Quizás exista un universo paralelo, si es así, me está vedado el conocimiento de tal portento, pero me complace estimularme con un vano e ilusorio ejercicio, parecido a la esperanza.
Esto es, ubicarte en esa dimensión con mi mente. Allí, tus ojos se entrelazan con los mios, transmitiendonos mutuas sensaciones y energías inéditas y densas.
Precisamente ahí, tu me hablas en un idioma nuevo, donde las frases se atomizan silenciosas, transmitiendo significados inaudibles percibidos solo con el vibrar de la sangre.
Tus manos de lunas se funden con las mias, en uniòn ancestral eternizada.
Precisamente allí, yo deliro, el amor se expone, se desnuda, se revela tal cual es, se descubre en esencia y nos envuelve en espiritu hasta la unificación de las almas.