Una noche tan alto me eleve que deje atrás la luna, me encontré en un enorme campo de estrellas y entre ellas dos grandes y brillantes luceros negros, eran tus ojos que me miraban con dulces celos.
Cuando te vi aparecer cubierta por una túnica blanca descubriendo tus lindos y sonrosados senos, me tendiste tus manos y nos elevamos al séptimo cielo y allí nos quedamos, mirándonos y enamorados una inmensa y cálida luz nuestros cuerpos unía mientras nosotros de pasión nos abrazamos.
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
28 de Febrero 2017