Cómo hago para decirte,
que no quiero ser tu amigo;
que en tu sonrisa he encontrado
la puerta de paraíso.
Cómo mirarte a los ojos,
sin que se quemen los míos;
con el fuego que me abrasa,
el pecho cuando te miro.
Cómo contemplo tu boca,
sin que me tiemblen los labios,
porque el ansia de besarte,
los mantiene subyugados,
soñando con recorrerte
toda la piel muy despacio,
dejando besos ardientes
para sellar cada paso.
Cómo huelo tu perfume,
sin pretender aspirarlo
sorbo a sorbo, gota a gota,
en tu cuello y en tus brazos;
en la cima de tu pecho,
y en la palma de tus manos;
cuando te sueño despierto,
cuando dormido te llamo.
Cómo hago para decirte
que solo sueño contigo,
que tus ojos son el cielo,
que me retiene cautivo;
que tu voz es mi sustento,
y tus miradas mi alivio;
que eres todo mi universo,
mi final y mi principio.
Mi razón y mi esperanza,
mi ilusión y mi destino…