La pobre ave
llora sin cesar
porque se dió cuenta
que no tiene hogar.
El viento le arrancó
donde llegaba a dormir
ahora se ha esfumado
como sus ganas de vivir.
Sus alas están cansadas
de tanto luchar
por eso ha decidido
irse a descansar.
No todo está perdido
pues en su lugar
quiere dejar un fresco
y lindo rosal.