FIEL Y HÁBIL JINETE
Es blanca como el nácar, destello de obsidiana,
igual que piedra noble, resiste y no se raja;
por algo fue esculpida, cual linda porcelana,
hablando yo me encuentro, de la mujer más maja.
Helena ella se llama, tiene nombre de diosa,
llegó para quedarse, y darme dicha grande;
a tan especial roca, convertiré en mi esposa,
piadoso a Dios le ruego, felicidad le mande.
Desplazo mis caricias, sobre su talla fina,
con ósculos de fuego, le limpio de asperezas;
la cuido como el hombre, valeroso a su mina,
entonces me agradece, curando mis tristezas.
El molde en que te hicieron, divino era por dentro,
deseo en las alturas, se halle disfrutando;
a darle el merecido, Jesús salió a su encuentro,
tú y yo contritos vamos, al Padre gracias dando.
¡Oh! potra de alabastro, cabalgas en mis sueños,
permite que yo sea, tu fiel y hábil jinete;
que tire de las riendas, con lúcidos empeños,
cuidando en todo caso, de nunca ir al garete.
Prometo llegaremos, a confines seguros,
no cruza por mi mente, exponerte al peligro;
las épocas pasaron, de los momentos duros,
y los despeñaderos, te juro que denigro.
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino.