Señor, quisiera ser como una rosa,
que florece a la vera del camino;
por donde pasa el pobre y juega el niño,
que llena de tu amor; luzca preciosa.
Señor, quisiera ser como una rosa,
que sirva de alimento a los insectos,
que se encuentran hambrientos y sedientos,
que llena de tu espíritu; sabrosa.
Una rosa humilde casta y pura,
como el agua, la luna y las estrellas,
que tu rostro figuran pues son bellas
una rosa que muestre tu blancura.
Por ahora me basta ser capullo,
porque se que sembraste la semilla,
y la riegas con sangre de costilla
y tu ley ya no es sólo un murmullo.
Porque te amo cumplo tus mandatos
sin sentir que me haces forcejeo
gracias por semejante consejero
por mi vida, misión y mis hermanos.