Por la cuesta de Gomérez camina una hermosa mujer con las luces del alba para vender sus claveles y rosas a las visitas de la Alhambra.
Una rosa del canasto en los setos se posó, un visitante que regresaba de ver tal maravilla, en el seto vio la rosa y cogiéndola con suavidad en el ojal de su solapa con esmero la guardo.
Cuando llego a su tierra la rosa prendió sus raíces llegando a su corazón, desde aquel momento la rosa de la Alhambra y el hombre que la cogió se unieron los dos, floreciendo un bello amor.
Foto de Víctor Manuel Moreno Viñas
© José Cascales Muñoz
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28 de Febrero 2017