Aquel niño en su inocencia le preguntaba a la gente:
¿Por qué hoy tantos hay que piensan que el amor no es para siempre?
¿Por qué hay tanto caminante sin un rumbo en su presente?
¿Por qué todas las personas ya no sueñan, ya no sienten?
¿Por qué tanto muerto en vida? ¿Por qué no hay libres de mente?
¿Por qué hay guerras y mentiras? ¿Por qué sangran inocentes?
No veo las mariposas de los sueños de la gente
que volaban hasta el cielo y se posaban en su lienzo
alumbrado cada noche, recordando sus deseos.
Hoy luces artificiales nos roban el firmamento.
Ya nadie mira hacia arriba recordando sus anhelos,
todos andan cabizbajos poseídos por sus miedos,
son esclavos del trabajo, del consumo y el desvelo.
Hasta el Sol muere de envidia, no le gusta es astro nuevo
día tras día todo gira al rededor del dinero.
Los gusanos de la seda con la que bordaron sueños
se esfumaron y dejaron en su partida la estela
que les indica el camino para alcanzar las estrellas,
pero ya nadie los mira, todos se volvieron ciegos.