Charla conmigo mismo el espejo.
Tenemos frente a nosotros
todos los milagros que la vida
nos dio para disfrutar.
Tenemos justas razones
para estar aquí, no solo viendo la vida
pasar, hacer de nuestra existencia
algo auténtico, sísmico, enfático.
Abre pues los ojos,
quita las telarañas que
nos impiden ver.
Las de la ignorancia,
envidia, arrogancia, odio, impaciencia,
dolo, tristeza y miedo.
Eres más,
siempre fuiste más,
¿hasta cuándo decidirán por ti?
¡levántate, no estás solo!
hay razón suficiente
para respirar ese poco de libertad que nos queda.
Alza la cara, veme a los ojos y
dame un abrazo.
Salgamos fuera.