El iris de tus ojos te deláta,
el fuego de mi amor nunca te engaña,
la luz de tus pupilas arde en llamas,
yo espero sin respuesta mi llamada.
Te entrego el corazón lleno de fuego,
hoguera de un amor que se desángra,
rescoldo de ese fuego me ha quedado,
cenizas que se apagan con el alba.
Abrazos que son llamas entre cuerpos,
besos de tus labios en mis labios,
se funden en crisol de mi agonía,
se apagan con el llanto de mis lágrimas.
Avivas ese fuego, ¡que no apague!
morir quisiera yo, sin tu mirada,
tus ojos son mis ojos en el espejo,
mi vida sin tu amor, no será nada.
Menesteo
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