Helecho que cuelga de una pared
Vía crucis de otoño
Frío engendro
Ocaso del futuro
La razón pierde su brújula en la levedad de un infinito horizonte
La vida pasa renuente... como si no sucediera nada
sin ventanas abiertas al alba
Solo cisnes negros
que vuelan reacios en los presagios...
golondrinas en estampidas aferradas a la verde bruma
El tiempo esconde sus miserias, colapsa ante las puertas vedadas
a los sueños
Lapsos de soledades en medio del tumulto... de un cronos culpable
que huye de todo, de todos
como un rayo invisible, como una lámpara apagada
en el espacio vacío que dejan los recuerdos
Solo lo perdido… busca su callado encuentro
entre las muertes que habitan furtivas
como sombras hambrientas en un lecho
donde muere de tedio el asediado tiempo.