LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Ser tierra y no olvido

Ser tierra y no olvido.

 

 

 

     Es la selva que expira,

     es el bosque que muere

es la lluvia que cae,

la tormenta que arrastra.

Es la piedra  que queda

es polvo que vuela,

es el agua que corre,

 es la cuesta que baja.

 

Son dolores que surgen

- de la tierra lavada.

Ya la siembra no brota

y la semilla no crece

- pena y dolor, lágrima y llanto…

 

Arruga de piel

que envejece su rostro,

rompimiento de tierra

- quebradura de muerte.

Erosión del silencio

de una voz que se apaga

- la pobreza se acerca

- la pobreza que acecha…

¿Cuántas vidas tronchadas?

 - ¿cuántas penas crecientes?

 

Es la sangre de venas

que corriendo sin suerte,

- se vaciaron heridas.

Fue la savia de fuerzas destruidas y rotas,

fue la muerte, fue el rumbo perdido,

- ¡la ignorancia presente…!

 

Trabajando la tierra subsististe familia,

trabajando la tierra… ¡tú, hijo… creciste!

Trabajando la tierra, te formaste sin pena,

trabajando la tierra, diste aire a tu vida,

deseando  crecer te marchaste,

abandonaste el terruño… ¡te fuiste!

 

Hoy, ya no vuelves a verla y mañana tampoco.

Aquella tu tierra origen

- se está muriendo en silencio. 

Las arrugas y heridas

destruyeron su rostro,

     tu árbol hermano

     - ya no crece ya no existe

- se explotó y ya no es tuyo…

 

Fueron otros los buitres que saciando su hambre,

- se llevaron la vida, las semillas y plantas…

Se violaron la  flor, se llevaron el bosque

- ¡se llevaron la vida se llevaron el alma…!