“Tantas veces que te comenté que era un nigromante la vejez del viejo sartén. Con tanta madurez e inmadurez a la vez, como un pez; navegando con una suavidez pero con una rapidez tan agudez en el frez, lleno de pestes.
“No era saludable el danzante Vinagre gris que estaba sin subconsciente, por lo que el Jatib predijo que era necesario para aquél aluneb, una ablución alocada de alcoholes primarios, secundarios… hasta dejarlo con una robustez…
“Era vaga la muchacha, por ser gaga, que en vez de decir: Gu-gu, ga-ga; decía: Gu-gu, ga-ga, la-dy, Ga-ga. Como el binomio de Netwon, el primero al cuadrado, ahora encajo, que en verdad la raíz cuadrada no está en una pizarra, sino en un tallo.
“El alas del abrumador aviador, era borrador de numerosos pájaros de Japón. Era el blasfemador de mordor, el bastecedor y salpicador de enojos y estiércol, en una cocina tan bella, que se llama: Crisol.
“Murmuraciones van y vienen de mis métricas, sabiendo que uso Verso Libre, aplicando una sobredosis de Prosopopeya, anáforas, surrealismo y muchísimos fonemas; y e’ má’ atento a mi verso y léxico, te muestro qué es un Calambur:
“Si ellos critican cómo son, entonces, ellos critican como son”.