Cambiar el pasado es posible.
Se puede cambiar la perspectiva,
se puede uno reír de sus fracasos,
tanto profesionales como de materia amorosa, se puede ver los desvaríos como intentos fallidos.
Se puede olvidar a los seres que te hicieron daño,
y se puede honrar y hablar bien,
de los que nunca te usaron como peldaño,
incluso te apoyaron con fe ciega y sin desdén.
El pasado se puede cambiar,
se puede relativizar,
y también recordar y buscar,
a aquellos seres que te miraron con bondad.
Del pasado se puede aprender,
a querer, a entrever , a no poseer,
el pasado es una puerta semiabierta,
Que algunas veces se abre para recordarte quien eres y a que te debes.