Te siento lejana cada vacía mañana
terriblemente perdida en mi azul recuerdo.
Esperaré amarte en aquel sueño
donde admiro tu pulcra piel blanca
De tu ternura no hay semejante,
tu breve pero embriagador aroma
desgranado por tu figura encantadora
ha herido el estupor de mis manos miserables
De tu ternura le hablo a tu fantasma
y tu amor de muerte sosiega la raíz
de un paisaje imposible de asir
en la tundra perdida de tu mirada
¿Cómo evito pensarte, amada mía?
Si en tu sonrisa encontraba
el más puro néctar de tu alma
derramado en el eco de mi alegría
¿Cómo corto las ramas de tu floreciente recuerdo?
Si mis manos están quemadas
de una nostalgia solitaria y desamparada.
¡Oh amor! extraño arder en tu pensamiento
Me quedaré con los restos de tus besos,
tu mirada cohibida fundiéndose en la mía.
Me quedaré, amor, con mi palpable agonía
reproduciendo la forma en que te recuerdo