Entre los seres vivos se origina a través de los tiempos la guerra de la supervivencia. Tal es el caso en el mundo de hoy, que en el afán de sobrevivir como el más fuerte, es capaz de llegar hasta las últimas consecuencias, sobrepasando muchas veces los desastres naturales de la tierra, (terremotos, inundaciones, tornados etc.) y sin tener conciencia de lo que pueda significar, al llevarle a su propia autodestrucción. Soy apenas un alma invisible en este sórdido mundo en que los pueblos mueren de tantas causas, y quizás la peor causa sea el no sentir que además de carne y huesos también somos seres con sentimientos y alma, es cierto que no se pueden ver, pero se pueden sentir y la fuerza arrolladora del espíritu lo hace presente. Si la fe mueve montañas, ya es hora que cada quien haciendo uso del poder que solo confiere DIOS, (o como prefieran llamarle) reclamar el derecho en cualquier lugar del mundo a vivir una vida llena de paz y amor ¡Ya basta de guerras!///
Y la vida continúa …