Las manos de las que se les había escapado el tigre volando, estaban temblando y llenas de rayaduras de las picaduras de los mosquitos, cuando llegaron a gran salón Rococó del palacio presidencial de los campos Eliseos el presidente de los estados Unidos y China, del paseo ofrecido por su anfitrión el presidente de la república Francesa.
La torre Eiffel , ni la visitaron, avisados por los servicios secretos de que era un colosal avispero. Un infierno para los bomberos que fumigaban una gran plaga invasora de avispa cobra.
El mundo estaba descontrolado, lleno de plagas cada vez más raras a las que había que ponerle fin con la intervención de los poderes tanto locales como el de los estados nacionales y supranacionales.
Para ello se necesitaba un tratado de coordinación.
Es el momento de unirse Francia, América y Asia contra el tigre- exclamó grandilocuente el presidente francés entre ovaciones ante todos los poderes económicos reunidos en aquel salón, del que eran sus legítimos servidores los tres presidentes.
Sacando el presidente Francés de su cintura una pluma que brilló como una espada blandiéndola por el aire como un mosquetero, gesto que imitaron para las fotos el presidente chino y el de estados unidos rebuznando cada uno en su idioma como suelen hacer los españoles cuando hablan entre si. dirigiéndose los tres presidentes urnales a un mundo globalizado, lanzaron su mensaje. En enseguida fue tuiteado y elogiado por su belleza poética.
Todos para uno y uno para todos.
Las plumas cayeron despiadadamente en ese momento sobre los documentos enfangado el papel.
Los artículos sobre el tratado del cambio climático iban siendo cortados, tachados, ratificados aquí, desechados allá. arrojando la fiel pluma al servicio del capital su tinta sobre el cadáver del mundo en un gran salón lleno de oro y gilipollas elegidos democraticamente por la chusma.
aunque lo más famoso de toda aquella coreografía de cifras y payasos delirantes, fue días después , cuando el presidente de estados unidos ya en su país, en una entrevista a la prensa aseguraba haber inventado la frase en un momento de inspiración, así como haber ordenado al presidente francés y al chino, corearla junto a él con disimulo.
El tratado sobre cambio climático tenía sus implicaciones directas en muchos rincones del planeta.
Cerca de París, en Vall d uixó. 2 de junio del año 2017.
Ocurrió algo extraño en un pueblo turístico y medio ambientalmente abandonado de castellón , donde van a veranear muchos franceses sin gusto, dejando su dinero en los supermercados franceses que rodean el municipio, donde hacen compras de 10 euros diarios por familia. La gente que se asomaba sobre el puente de San José ese día, tras las reuniones de los tres presidentes de los tres continente más ricos del planeta, Europa Asia y América. Desocupados crónicos la mayoría, observaron que la Charca que se extendía bajo el puente de San José , y que constituía el último humedal de vall d´uixo estaba casi seca. Las cabezas casi de gárgolas, cubiertas con gorra de la caja san Isidro, asomaron desde el puente señalando a la focha con sus crías en un rincón entre los juncos y el fango, luchando por existir en el último metro cúbico de agua. Los bancos de samaruc, pez autóctono de pocos centímetros , que formaban nerviosos bancos que huían hacia las rocas cuando una sombra asomaba sobre al agua verde oscura de la charca, formaban ahora un plateado banco quieto lanzando destellos sobre el lecho cuando el sol directamente golpeaba sus lomos sobre el que corrían las hormigas. En una clocha con forma de concha, agonizaban en resto de supervivientes. las cañas del huerto ecológico junto al molino de arroz, mantenía oculto por las hierbas el semiabandono de lo que fue una fértil extensión cultivada. Empezaban a amarillear las hortalizas por falta de agua mientras la carretilla del agricultor maniobraba entre las grandes hierbas trayendo agua de lejos. un agua que le costaba mucho en esfuerzos de trasportar a sus costillas, y que era insuficiente. Nadie que reflexionara sobre el motivo de acabar con el último humedal de vall d´uixo, con fauna protegida, pensó que la charca se había secado por el cambio climático, porque la gente todavía piensa bien. La habían secado por el mosquito tigre, que actúa como falacia de los intereses del capital.
Un drama de Angelillo de Uixó.