Hoy, caminé de nuevo
Mi pueblo, caminé de nuevo tus añoradas calles.
Lloré en silencio el haberte dejado alguna vez
- con el corazón hecho mil pedazos,
con las lágrimas no solo deslizándose, creo,
- que en torrentes, recuerdo que en desbande.
Desesperación de realidades, dolor de necesidades,
- solución de apuestas con soluciones inciertas.
Desafíos de vida, encrucijadas y propuestas.
Mundo desconocido que a lo conocido
- le va cerrando sus puertas.
No son olvidos, son raíces, son cimientos.
Son fuerzas que te empujan y te muestran
que los horizontes se están ampliando
son muchas energías nuevas, abiertas…
Son los mares con sus olas movedizas
que te están desafiando a que navegues
- por otras playas, por otras realidades
con otras brisas y corrientes.
Tú mi pueblo, solo te veo desde muy de lejos.
Son chispazos, son relámpagos reales, son reflejos.
Siempre eres tú mi pueblo viejo…
Son los mismos nidos tan llenos de raíces,
que a pesar del tiempo no se olvidan
- viviendo mundos lejanos, caminando otras ciudades.
Esos primeros rincones siempre eran presente.
Entre ruidos y sonidos, entre multitudes y silencios,
- de la mano te he llevado, pueblo lindo pueblo viejo.
Ayer caminé tus calles, hoy a la distancia y muy lejos,
en un rincón de mi hogar tu energía vital me alcanza.
Respiro tu brisa, tu humedad de tierra vida.
Vuelvo a ser niño; porque vuelvo a volar sin horizontes
- en vuelos sin fines ni llegadas, solo vuelos…
Son los mismos vuelos de aquel tiempo
- a paso cansado a ritmo lento,
con tu recuerdo fresco a pesar del transcurrir del tiempo.