Estaba nervioso, ¿Qué iba yo a decir?
Te vi llegar, y el miedo se apoderó de mi,
vos, no dudaste y te abriste a mí,
me mostraste tu alma
que en tus ojos vi brillar,
y la mía iluminó.
Ahí entendí, no te tenía miedo a vos
me temía a mí mismo,
me enseñaste a quererme
para así poder quererte a vos,
y así fue, me enamoré, te quise mucho,
fui feliz.
Descubrí que la luna no salía,
pero esa noche, mi luna fuiste vos.
Te observé como a nadie.
Las expresiones de tu cara
cuando algo te molestaba,
o te apasionaba.
Tu felicidad, tu mal humor,
tu sonrisa, tu seriedad.
Cuando me hablabas
a veces no entendía nada,
me perdía en tu mirada
y en el sonido de tu voz,
esa mezcla brasilera y argentina
que tanto me gustaba escuchar.
Te abracé
como abrazan los gatos,
para sentirte y tenerte en mí por siempre,
porque sabía que te ibas a ir.
Te fuiste, y te extraño mucho.
A veces me pregunto si me querrás
como lo sigo haciendo yo con vos,
y por momentos el miedo vuelve a mí,
pero en el recuerdo veo tu esencia
y ya no dudo,
me invade la felicidad,
porque se Jamile,
que siempre estarás en mí.