Quizá es que me quede sola
y a esperar un futuro que jamás llegará
viviendo en un sueño de amores que van y vienen
de una o dos noches en un motel de doce horas
o de un rato en las calles,
no de mi pueblo, pero si de otros
quizá es que esperé demasiado de mí
y no me supe cumplir
me hice promesas de amaneceres infinitos
¿y ahora qué?
estoy aquí no más delirando entre cuatro paredes invisibles...
Gail*