A ti, querido Universo
que me das un nuevo día,
para con gran alegría
regalarte siempre un verso.
Ver en el cielo brillar
el lucero, ¡tan divino!
el que me alegra el camino
para el día comenzar.
Con entusiasmo y esmero,
yo me pongo a laborar
para mi tiempo ocupar
y recorrer mi sendero.
También yo voy aceptando
lo que me va sucediendo,
así siempre estoy riendo
y pocas veces llorando.
Así trato de vivir,
sobrellevando la vida,
me siento muy complacida
y además se resistir.
Porque la vida me ha impuesto
momentos gratos, divertidos;
tristes, pero siempre he podido
sobrellevar todo esto.
Por eso en cada mañana
agradezco al Universo,
con amor, en cada verso
al abrir yo, mi ventana.
Vero
14.02.17