Texi

Tarde gris

 

Esta tarde lluviosa, en la que no se me ocurre nada que escribir, mientras tecleo, mi vista se pierde tras los cristales, en los tejados mojados.

Llueve, la lluvia, a fin de cuentas, madre de todas las fuentes. Y culpable de que nuestra querida Bizkaia luzca un  precioso manto verde, que tantos corazones conquista y que  seguira conquistando. A pesar de ello,  no suele ser muy bien recibida. sobre todo molesta los fines de semana.Especialmente en  este en el que se celebran las fiestas del barrio.

Yo entiendo que simplemente ver el sol ya  es motivo de alegría.Pero en fin, contenta de poder estar hoy a seis pisos sobre tierra, paso todas las tardes de lunes a viernes, dos pisos bajo tierra con luz artificial. 

Observo como algunas gaviotas sobrevuelan el Nervión, así de lejos, en la distancia parece como si rozasen con sus alas, las torres de Isozaki.

Algunos gorriones pasan también, como con prisa, casi tocando mis cristales, para ir a refugiarse bajo las tejas del alero, en el edificio de enfrente y me pregunto; ¿será que tienen ahí sus nidos?

El observar a estos pájaros me lleva a recordar a mi  hermano, él era un experto en encontrar nidos, en los árbolede todas las especies, a los gorriones el los llamaba pardales (nombre por el cual se les conoce en otras zonas de la Península Ibérica).

Trato de imaginar que aspecto tendría hoy mi hermano,  no lo consigo, solo puedo verlo como era, un muchacho de 32 años con toda la vida por delante y con dos hijos pequeños.  A pesar de los muchísimos años  transcurridos todavía me duele recordarle. Luego me vienen a la mente sus intentos de escribir una novela, cuando era solo un adolescente

( y no puedo evitar una sonrisa) me veo a mi misma con diez u once años curioseando de manera furtiva el cajón de su mesilla de noche, intentando descifrar sus cuartillas, ya que su caligrafía era para mí muy difícil de entender, tenía una letra muy personal, puede que en parte se debiera, al hecho de haber ido poco a la escuela.Además el era diestro y debido a un accidente, le faltaran las primeras falanges, de los tres primeros dedos de la mano derecha. 

Como me gustaría, haber podido compartir con el nuestras aficiones. Él era para mí un héroe salvo mi vida, al menos en una ocasión que recuerde, era mi referente tanto para lo bueno como lo malo.Además de mi único hermano varón.  obviamente y aunque  quizás debería de omitirlo era mi favorito.

Así con estos pensamientos en Zig. Zag  se me ha pasado una buena parte de la tarde,

Ya no quiero daros más la chapa,ni ponerme demasiado triste o melancólica

Me despido y os deseo, a todos que seáis muy felices.