Lupercio de Providencia

Una playa encantada...

 

En un espejo se baña la luna

cual lentejuela que brilla en el agua,

miro extasiado la luz tan profunda

que me conmueve en el fondo del alma.

 

En el silencio se absorben mis dudas

sobre las aguas de seda tan suave,

tal vez los peces adoran la luna,

se quedan quietos pacientes y mudos.

 

Cuanto quisiera salvarla del frío

luego cubrirla con brazos de fuego,

pero al tocarla como hebras sutiles

desaparece en reflejos que encantan.

 

Es la ilusión de un amor extrañado

que se retrata esa noche en la playa,

en un afán de guardar mi tesoro

que ya ha partido al edén de los mares.

 

 

Lupercio de Providencia