No he lavado mis manos,
quiero conservar tu olor que me da vida,
lamer mis dedos que huelen a mistela
y saben a jalea.
Tampoco me he duchado,
quiero guardar el aroma de tu cuerpo
impregnando mi cuerpo,
saborear las mieles que tu lengua
ha dejado en la mía,
el perfume a jazmin que de tus labios
ha impregnado mi sexo.
No he abierto los ojos,
por no perder la luz de tu mirada.
por no borrar tu rostro,
por no apagar tu faz de de mi recuerdo
ni el calor de tus manos en las mías.
Hoy no quiero perderte
ni apagar esa llama que en mí arde,
que se prende en el alma
y me llena de amor como una nube
de infinita ternura.