Yacen marchitas las ojas de otoño,
en la arena suelta de mi playa.
Ante mi te desvaneces y no se como,
en mi vida sin ti mi ocaso vaya.
Sigo con mi velero navegante,
a la deriva del mar desolado.
Sin encontrar un corazón amante,
que en mi deje su amor anclado.
Cada noche en silencio pensándote,
entre el cielo estrellado y tu mar.
Y sin saber si existes amándote,
susurrando tu nombre en mi versar.
De los mejores versos vestido,
por las doradas letras impregnado.
En tus escritos de pasión he vivido,
y en mis vidas de tu amor ilusionado.
® Ella es Poesía Eterna.
© Efraín I.S. Galdámez Nieto.
Reg.1706042512462
El Salvador.
3-6-17