Aun guardo en mi mente tu últimos besos, el sabor del carmín de tus labios y el calor de tu cuerpo, aquel maldito tren nos fue separando poco a poco, yo desde la ventana no dejaba de mirarte hasta que en una curva deje de divisar la estación y tu cuerpo en el andén con tu brazo levantado dándome el ultimo adiós.
Nos tocó vivir una época difícil, de lucha inútiles, nuestro amor cada vez se hacía más peligroso y también el de nuestra familia y allegados, fue la razón de partir para Francia en el último tren de la noche, en Páris me esperaban los compañeros y la lucha debía continuar.
Te escribo desde Liverpool, embarcamos en Túnez con destino a Inglaterra, donde muchos compañeros esperamos varios días ánclados en varios barcos con una nueva compañía para la liberación de Francia y con ella la de España, con muchos deseos espero encontrarnos para terminar nuestros días juntos y llenos de felicidad, los días está siendo muy duros, partimos para otra nueva contienda con destino a Normandía.
En la compañía se respira un buen aire de camaradería, pues la mayoría somos españoles con unos ideales bastantes firmes y unas gran fuerza de luchar por las libertades, no sé si esta carta será la última, pero lucharé y sobre viviré para que algún día pueda regresar en ese tren que nuestro amor separo y tú me estará esperando en el mismo anden.
Pintura de Emilio Pina
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
28 de Febrero 2017