Angustia.
El tiempo ya no pasa. La pierna derecha pendulea con rancio afán, un movimiento involuntario cargado de ansiedad. ¿el pecho?, un agujero negro de infinita gravedad. Algo galopa con brío, resuena en mis oídos, palpita con sordidez, dejando en mis oídos un golpe seco. El mundo se escurre otra vez.
Insomnio.
Cada noche, la cabeza grita con miles de voces, cada una tiene una pregunta distinta, cada una tiene una opinión distinta. La esperanza esta muerta, 8 disparos y un jardín marchito. El poco sueño conseguido, se envenena con sueños de su risa, y la utopía que por primera vez parece estar muerta.
Consuelo.
Todas las ilusiones huérfanas encontrarán sus padres.
El vicio.
El universo y sus estrellas.
Visceral.
Este hijueputa poema.
La cura.
Aún no se ha escrito.