Todos los niños de cualquier raza
se asemejan al sentir el terror,
sus ojos desorbitados reflejan la
angustia, ojos sin brillo, ojos apagados
para no ver nada.
Niños en todo tiempo, durante
todos los siglos, aterrorizados
por quienes olvidaron que
fueron niños antes que nada,
niños que jugaron a la guerra
con espadas de madera, que
no mataban, el juego era
simular la muerte,y morir
era solo cuestión de suerte.