Caminando por la cornisa va,
no cae, acariciando sus obstáculos avanza,
pero sin moverlos de lugar,
no se pierde, siempre sigue observando atento su destino.
Como un gato quisiera ser,
y así transitar el difícil camino de la vida.
Pero el viejo gato es sabio, pues muchas vidas ha de vivir.