Te conocí estudiando ...
Me cautivo tu presencia extraordinaria
y mis sentidos apuntaron a tus ojos
y al sabor de tus bellos labios rojos.
Imagina si las cenizas de aquel recuerdo ardieran !
Y por un segundo en tu memoria apareciera !
Oh Dios ! que hermoso y rico fuera.
Me he convertido desde aquel adiós, en una simple y vulgar poeta, que encuentra poesía en tu recuerdos.
Un recuerdo que se esparce por la luz de mi memoria y se desvanece en las sombras del olvido.