A J. R
Un vasto mar de haceres desplegados
Hacia mi vista, hacia mis sentidos en disputa puestos
Tratando en esta infinidad de objetos, que no conocen
La paciencia, más desespero en decisiones que aún
No he tomado, en discontinuos instantes concientizadores
Un darse vuelta en el aire, un darse un respiro ajeno, preguntando
¿Como elegir antes del acto?, ¿Cómo acortar aquella espera?
Sobre los finales y el cuerpo que conoce, las razones
De los medios que evidencian –psiquicas molestias-
Son fantasmas extremidades que se inquietan de forma independiente
De una mente aún serena, aún demasiado apresta para salir fuera
De sí, corriendo a través del cielo que se desprende en partes
Esquivando esquirlas enredantes, saltándose las filas y los sermones.
En cambio los cerrojos aún durmientes, resguardan
La habitación que habito viéndose sobrepasada por veloces
Trepidaciones solares por preocupaciones moleculares
que se intersectan y en fuga, fallida fuga, estallan.
Por eso el hombre fuma y bebe –o precisamente
Por todo excepto eso- en un volver a la ceniza
En un consumirse en incombustibles ansiedades
Afinando el instrumento de muerte, dar la nota al ser
Tocado. Es un jugar con la cola de cometas, un disparo
Como un disparo si (yo) fuera un disparo, espero
En esta esquina oscura, Jalar el gatillo negro, saltar y caer
Con los pies a tierra, sano y salvo, en el vacío como tierra .