Mallez

El efecto de tu voz

 

 

Y me llamas en medio del pensamiento
cuando tu voz viajera como gaviota
llenaba mis oídos con encubrimiento
de aquel silencio y soledad ignota.

Sonabas muy apenas en mi consciencia
latigando con suavidad mi atención,
aliviando poco a poco en la decencia
de un reflejo persuadido en mi aprehensión.

Así se fue entre el bullicio tu encanto
por el que imperaba tanto el embeleso,
mientras que yo imaginaba tanto, tanto,
el volverte a ver para imprimirte un beso.

¡Qué hermosa fue tu voz! Qué dulce señuelo
por el que transpuse mis ligeros pasos
que como golondrina emprendí el vuelo
para anidar en el calor de tus brazos!