Los escombros de la tierra gritan tu nombre,
Y en las penumbras del olvido hasta el mismo sol se esconde.
Y lo sé… esto parece el crepúsculo de una guerra,
Pero no es más que mi continuo abatimiento,
Mi incesante sufrimiento…
La agonía de haberte encontrado,
Y de haberte amado.
Tú y yo en el olvido,
En la muerte de la historia,
En el fuego de esta vela
Que finitamente se quema,
bajo el fuego abrasador,
de mis pasiones.